Luciano Berio: Integral para piano / Haydée Schvartz

La obra integral para piano del compositor italiano Luciano Berio (1925-2003), sin duda una de las figuras de la música académica contemporánea más descollantes y sustanciales, abarca un período que va de 1965 a 2001. La expresión "música contemporánea" es en realidad algo inexacta, pero para comprender su sentido puede decirse que sus inicios se ubican después de 1950. Junto con Boulez, Stockhausen y Ligeti, Berio integra el grupo de compositores postwebernianos que iniciaron este movimiento en Europa, y han quedado como clásicos porque son las bases inamovibles de una estética. Crearon un precedente, como en su momento lo hicieron Beethoven o Chopin. La pianista argentina Haydée Schvartz señala que estas obras suponen una extrema dificultad mental y física: "Siempre que abordo este tipo de programas recuerdo una frase de una traumatóloga especialista en manos en Argentina: los músicos olvidan que son deportistas de alta competencia. Pero estas obras de Berio son complejas no sólo en lo físico, sino también en la construcción misma de la obra. Formalmente son piezas muy bien planteadas, pero requieren de un gran trabajo interpretativo y de comprensión formal. Hay que meterse profundamente en ellas. Berio sentó un precedente esencial en la creación musical, y en particular su obra para el piano significó erigir una visión que, siendo un eslabón más en la cadena de la historia de la música, lo lleva a alturas colosales por la manera en que utiliza el instrumento. Berio utiliza todas las bondades del piano como instrumento de virtuosismo, de infinitos timbres y colores, y las densidades que es posible desarrollar". Según Schvartz muchas veces los compositores de música contemporánea evitan trabajar sobre el piano porque el instrumento conlleva una memoria vinculada al romanticismo y los inicios del siglo XX. Pareciera que la sonoridad del piano siempre debiese remitir a esa época. Fue muy difícil intentar crear algo nuevo con el piano, que es de registro fijo y no tiene la maleabilidad de un instrumento de cuerdas, o de viento, o el canto. Pero Berio lo logró. Y a pesar de que estas obras ya son antiguas, manejan un lenguaje que en la música no es todavía tan popularmente aceptado en lo que son los ámbitos de los conciertos de temporada de los grandes teatros."

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