El Lago de los Cisnes

En A Swan Lake, el coreógrafo Alexander Ekman conceptualiza el ballet de El Lago de los Cisnes y llena el escenario de agua como nunca antes se había visto. Dance Europe, revista de la danza europea, titulaba el estreno de A Swan Lake como el "Mejor estreno mundial". "Quería hacer algo grande, salvaje y diferente. Algo relacionado con el agua", afirmaba el coreógrafo sueco.

El trabajo se divide en tres partes: La primera, "Un Juego”, mira hacia atrás a la original, y no muy exitosa, la creación en 1877 e involucra a actores y bailarines. La segunda, “Un Lago” es la versión contemporánea de Ekman del ballet fijado en agua, seguido de una corta tercera parte, “Un Futuro”. No hay nada de la historia tal como la conocemos, no hay Siegfried, tampoco Rothbart pero la batalla entre el bien y el mal permanece en Odette y Odile, el cisne blanco y el negro. Ekman lo describe “más como un espejo de la vida”.

El primer acto se mezcla el teatro, el diálogo, el humor y la danza contemporánea, ambientada en la puesta en escena de la primera producción de lago de los cisnes en 1877. Hace referencia a la música clásica de Tchaikovsky y danzas del ballet original.
El segundo acto está ambientado 137 años más tarde y el lago, la escena tan esperada, es verdaderamente espectacular. El agua es como un actor más en el escenario, limita los movimientos de los bailarines y proporciona todo un nuevo medio de expresión visual. Para ello se utilizaron 5.000 litros de agua con unos cisnes muy especiales bailando en el agua. El drama familiar entre el cisne blanco y el cisne negro se lleva a cabo en este singular entorno.

En esta escena la compañía tuvo que aprender a bailar en el agua. “Ha sido un proceso loco. Casi se podría llamar slideography. Es una nueva forma de moverse. Los bailarines tienen que controlar y mantener los músculos de una manera que es diferente que cuando se ejecuta normalmente”.
La Orquesta de la Opera Nacional de Noruega reproduce la música de Mikael Karlsson, colaborador de Ekman desde hace mucho tiempo, con referencias a la obra original de Tchaikovsky.

En el acto 1 se escuchan algunos de los temas de Tchaikovsky, pero el segundo acto es totalmente nuevo y es una puntuación muy emocional. Es una producción arriesgada en todos los aspectos. Una gota de agua en el foso de la orquesta y los músicos dejarían de tocar y si el agua gotease a través del suelo tendríamos que cerrar el teatro. Éste es también un proyecto muy especial para Alexander Ekman: su primer Lago de los Cisnes. .

El Ballet Nacional de Noruega completa esta revisión del ballet clásico con trajes diseñados por el diseñador danés Henrik Vibskov.

Una producción surrealista que integra con éxito la danza, la música, el teatro, la tecnología y la naturaleza.

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