Antonín Dvorák: Rusalka 
(Théâtre de la Monnaie)

La esencia del paraíso submarino se torna admirable y profundamente exquisito en ésta, la penúltima ópera de Antonín Dvořák. Rusalka, una ninfa del agua, desea convertirse en humana para ser amada por un joven príncipe. A pesar de todas las advertencias, le pide asistencia a la bruja Ježibaba, quien la ayuda con dos condiciones: sacrificará su voz y enfrentará la condena eterna si su amor llega a fallar. Así tiene lugar la feliz relación con el príncipe, pero rápidamente él comete una infidelidad. Con el corazón roto, Rusalka regresa al mundo acuático. Y a pesar de que el joven arrepentido va tras ella, con la intención de darle un último abrazo, muere en el intento.

El libreto de Jaroslav Kvapil inspiró a Dvořák a componer una obra maestra, una ópera cautivadora llena de conmovedor lirismo y giros dramáticos. Ádám Fisher y Stefan Herheim presentan magistralmente este "cuento de hadas lírico" en La Monnaie. En esta interpretación ampliamente aclamada, los elementos de los cuentos de hadas asumen por momentos dimensiones aterradoramente realistas. Uno podría ver esta encantadora producción como una especie de estudio psicoanalítico sobre las fantasías masculinas y los arquetipos femeninos.

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