El cascanueces y el rey de los ratones

Ir a ver “Cascanueces” con toda la familia ha sido una tradición en distintos países durante muchos años. Ahora también lo es en los Países Bajos. Se dice que los Países Bajos adoptaron esta tradición en 1996, cuando el Ballet Nacional Holandés presentó su propia versión del famoso cuento de hadas. Se trata de una producción mágica que conquistó los corazones de más de 250 mil personas hasta la fecha. Los coreógrafos Toer van Schayk y Wayne Eagling crearon un “Cascanueces” para los niños y adultos de hoy, más dinámico y emocionante, menos azucarado que el tradicional. También decidieron dar un giro holandés a la interpretación de la historia, con patinadores sobre canales helados y una sala que se transforma en un bosque nevado. A diferencia de la historia original, la producción de Eagling y Van Schayk (quien también diseñó la espectacular escenografía y el vestuario) no tiene lugar en vísperas de Navidad en una ciudad alemana, sino durante la celebración de San Nicolás en Ámsterdam, alrededor de 1810.

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