Les Ballets de Monte-Carlo
White Darkness / The Lavender Follies

En 1909 Serge de Diaghilev presenta por primera vez en París sus Ballets Russes. La compañía se instala en Montecarlo, que se convierte en su taller creativo. Diaghilev y sus colaboradores reforman el ballet de la época, marcando el comienzo de una era en el arte coreográfico en Mónaco. Heredera directa de esa tradición, Los Ballets de Montecarlo surgen en 1985 por inicitiva de la Princesa de Hannover.

En 1993 fue nombrado como director de la compañía Jean-Christophe Maillot, quien creó numerosos ballets que se incorporaron como obras icónicas al repertorio de importantes grupos de danza internacionales. Pero Maillot también enriqueció el repertorio de la compañía al invitar a otros coreógrafos, algunos consagrados y además muchos emergentes, quienes pudieron trabajar con esta herramienta excepcional integrada por cincuenta bailarines. Los Ballets de Montecarlo se ponen así al servicio del arte coreográfico y las dos obras aquí incluidas son una muestra de ello.

White Darkness es un ballet en un acto de Nacho Duato, sobre músicas de Karl Jenkins, compuesto como un réquiem por la pérdida prematura de una hermana. El resultado es una obra maestra que, según los críticos, alcanza alturas imposibles en el paisaje del arte moderno. La heroína del ballet, habiendo perdido la fe en el amor, busca el olvido; pero el camino que elige no le brinda alegría, sino una agitación febril, seguida de desilusión, alienación y un aislamiento autoimpuesto.

Por su parte, The Lavender Follies, de Joseph Hernandez, sobre música original de Johannes Till, puede explicarse a partir de las palabras del propio coreógrafo: "Dado que la danza no puede existir fuera del momento exacto en que se realiza, hay una urgencia que siempre he amado. Mi trabajo es crear situaciones dentro de las cuales los bailarines puedan sentir esa urgencia. Es esta urgencia de vivir y el hambre de comunicarse lo que puede convertir un evento ordinario en algo que se dispara. ... Mis primeros recuerdos de danza y actuación vienen de viejos musicales que veía con mis padres cuando era muy joven. Las tradiciones iniciadas por Rodgers y Hammerstein, Sondheim, Kander y Ebb, o Bob Fosse, han tenido una gran influencia en el teatro y la danza. En esta pieza tomo esas tradiciones como guía y combino la estética del pasado con la complejidad de la danza contemporánea".

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