Beethoven: Quinta Sinfonía / Tchaikovsky: Concierto para violín / Mendelsson: Obertura "Las Hébridas"

Con tan solo un motivo de cuatro notas, repetido dos veces, Ludwig van Beethoven consiguió darle identidad a la que acaso sea la obra sinfónica más reconocible de toda la historia de la música: su Sinfonía Nº 5 en Do menor opus 67. La historia, según Anton Schindler, primero secretario y luego biógrafo de Beethoven, dice que para el compositor esas contundentes cuatro notas del inicio eran el modo en que él imaginaba que golpearía el destino a su puerta. Si debemos tomar o no esa leyenda como cierta es debatible: Schindler adornó muchas veces sus relatos con hechos inexistentes. Lo cierto es que Beethoven compuso esta sinfonía cuando la sordera ya había comenzado a afectarlo seriamente. Por eso sus obras comienzan a tener una sonoridad más intensa, un lenguaje orquestal que expande la sinfonía más allá de sus límites. Al margen del relato de Schindler, hay una carta del compositor en la cual éste escribe: "Quiero enfrentar cara a cara al destino, que no va a doblegarme por completo”.

El programa se combina con el Concierto para violín Op. 35 de Piotr Ilich Tchaikovski, uno de los más populares y difíciles del repertorio para este instrumento. Fue escrito en 1878 a orillas del lago Lemán, en Suiza, adonde el compositor fue a recuperar fuerzas luego de un matrimonio fallido que lo llevó a una crisis depresiva. Lo acompañaba su amigo, el violinista Iósif Kotek, quien lo ayudó a terminar el concierto en apenas un mes, si bien el movimiento central sería revisado por completo. Kotek no tenía prestigio suficiente como para estrenar la obra, así que Tchaikovski le ofreció el estreno a Leopold Auer, quien lo rechazó, afirmando que la obra era imposible de tocar. Aquí el talentoso violinista Xavier Inchausti deja en claro lo errado de aquella apreciación.

A las dos obras referidas se suma la obertura Las Hébridas de Felix Mendelssohn, también conocida como La gruta de Fingal, que describe las impresiones del compositor, por entonces de veinte años de edad, al visitar este popular lugar turístico de Escocia.

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