Jean-Philippe Rameau
Hippolyte et Aricie

Con música de Jean-Philippe Rameau (1683-1764) y libreto de Simon-Joseph Pellegrin, la tragedia lírica en cinco actos Hippolyte et Aricie es uno de los más elevados ejemplos de la ópera barroca francesa. Contemporáneo de Bach y Handel, Rameau revolucionó la música de su tiempo con armonías novedosas y movimientos orquestales fuera de lo común para su época. Sumado esto a la diversidad rítmica y la intensidad dramática, el estreno de esta primera ópera del compositor, en el año 1733, abrió una fuerte controversia. Para entonces Rameau tenía casi cincuenta años y era conocido solamente por sus obras sobre teoría musical y sus piezas para teclado.

Basada en la tragedia Fedra, de Racine, inspirada a su vez los textos clásicos de Séneca y Eurípides, la de Hipólito y Aricia es la atormentada historia de un amor casi imposible. Sucede que la joven Aricia es hija de Pallas, enemigo mortal de Teseo, rey de Atenas y progenitor de Hipólito. Cuando Pallas pretende obligar a Aricia a someterse a un voto de castidad, Hipólito revela su amor por la joven y la pareja recibe la protección de la diosa Diana. Esto enfurece a Fedra, la reina ateniense, quien en secreto siente un deseo inconfesable por su hijastro. Cuando a Atenas llega la noticia de que Teseo ha muerto, Fedra decide liberar su pasión por el príncipe.

Pero Teseo no ha muerto. Neptuno, su padre, se ha comprometido a socorrerlo tres veces durante su vida. El primer ruego de Teseo ha sido llegar sano y salvo al Hades, donde esperaba rescatar a su amigo Pirithous. Plutón condena a Teseo a compartir la suerte de su camarada, pero por segunda vez Neptuno lo salva, impidiéndole a Plutón retenerlo. Las Furias predicen, sin embargo, que a pesar de que pueda dejar el Hades, Teseo encontrará el infierno en su hogar.

Mientras tanto, en Atenas Fedra le confiesa su pasión a Hipólito, solo para recibir su rechazo. Fedra intenta entonces suicidarse, pero el joven se lo impide. Justo en ese momento llega Teseo, quien confundido ante la escena acusa a su hijo de intentar violar a su mujer. En un gesto de nobleza Hipólito evita denunciar a su madrastra, pero Teseo decide usar el último favor de Neptuno para castigar a su vástago. Así, en el Acto IV, cuando Hipólito y Aricia escapan juntos hacia los dominios de Diana, un monstruo emerge del mar y derrota al joven. Desesperada, Fedra confiesa su culpa y se quita la vida. Neptuno revela entonces que Hipólito sigue vivo, gracias a la protección de Diana. Por haberlo acusado injustamente, Teseo es condenado a no volver a ver a su hijo, que se reúne con Aricia en los dominios de Diana.

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