Händel en Versalles
Vox Luminis

A diferencia de Bach, Georg Friedrich Händel (1685-1759) compuso músicas sacras para la iglesia solo de manera bastante aislada, al menos si se la considera en relación al volumen del resto de su producción. Y si bien El Mesías, cuyo célebre Hallelujah cierra este programa, es evidentemente su trabajo más conocido dentro de este contexto, este recital, llevado a cabo en la bellísima Capilla Real del Castillo de Versalles, nos enfrenta a otras obras maravillosas del mismo repertorio, como su Nisi Dominus HWV 238 y el Dixit Dominus HWV 232.

Este Dixit Dominus es uno de los salmos que fueron utilizados en las vísperas celebradas en honor a la Virgen del Monte Carmelo en el año 1707. En esta época Händel se hizo muy conocido en Italia, y gracias a ello recibió el encargo de escribir varias obras para estos servicios. El Dixit Dominus está basado en los modelos venecianos, con matices tomados del canto gregoriano, y plantea expresivamente la pequeñez de la humanidad frente a la inmensidad de lo divino.

En cuanto al Nisi Dominus, fue compuesto para estas mismas celebraciones. En la doxología final de la obra, Händel escribe para ocho voces en un coro doble y una orquesta de doble cuerda, lo cual es una rareza dentro de su producción. A diferencia del Dixit Dominus, que puede ser interpretado en cualquier momento, en la liturgia se considera que el Nisi Dominus solo puede interpretarse dentro de la celebración de vísperas.

El programa se completa con la Oda para el día de Santa Cecilia, reconocida por la iglesia como Patrona de la Música. El 22 de noviembre de 1739 Händel le rindió homenaje componiendo esta oda sobre un poema de John Dryden, que destaca: "De la armonía, de la armonía celestial, comenzó este marco universal". A través de su música en homenaje a la santa, Händel canta sin dudas sus propias oraciones.

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