Tchaikovsky: Ciclo sinfónico
Sinfonía N° 1 en Sol menor Op. 13

Piotr Ilych Tchaikovsky (1840-1893) compuso seis sinfonías que tienen la particularidad de estar inspiradas en el contacto con su Rusia natal, sin dejar de lado las formas y recursos musicales característicos del sinfonismo romántico centroeuropeo. Toma así distancia de sus compatriotas del Grupo de los Cinco, que desarrollaron un eje orquestal fuertemente nacionalista. Graduado en el Conservatorio de San Petersburgo bajo la tutela de Anton Rubinstein, fue su hermano, Nikolai Rubinstein, quien le abrió las puertas del círculo artístico de Moscú. Durante esos primeros años, el joven Tchaikovsky recibió la recomendación de componer obras sinfónicas, que el propio Nikolai quería estrenar con su orquesta. Después de algunas partituras menores, Tchaikovsky se embarcó en la aventura de su primera sinfonía. Durante dos años, entre 1866 y 1868, fue escribiendo fragmentos que modificó varias veces debido a las constantes críticas de su mentor. El primer movimiento que concluyó y estrenó como obra independiente fue el Scherzo, presentado en público en diciembre de 1866. Tras incorporar los otros tres movimientos, dio a la obra el subtítulo de “Sueños de invierno”, que alude a sus impresiones durante sus viajes entre Moscú y San Petersburgo. La sinfonía fue muy bien recibida en su estreno, en febrero de 1868, aunque luego varias partes fueron revisadas y modificadas. El primer movimiento (Allegro tranquilo) lleva como referencia el título “Sueños en un viaje de invierno”, y el segundo (Adagio cantabile ma non tanto), de naturaleza penosa, “Tierra melancólica y de brumas”. Luego sigue el Scherzo (Allegro scherzando giocoso), más ligero y enérgico, que incluye en su parte central un ritmo de vals, para desembocar en el Finale (Andante lugubre-Allegro moderato), que comienza con un sombrío tema basado en una canción popular, que luego se transforma y crece en intensidad y brillo, con una orquestación rica y exuberante.

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