Tchaikovsky: Ciclo sinfónico
Sinfonía N° 3 en Re Mayor Op. 29

De la Tercera Sinfonía de Tchaikovsky se ha dicho que es la Cenicienta del ciclo, por ser la menos interpretada. A diferencia de las dos primeras sinfonías, su composición no le dio a Tchaikovsky mayores problemas, sino que fluyó con facilidad, durante un relajado verano pasado lejos de Moscú, en 1875. Después del estreno en Moscú, le escribió a Rimsky-Korsakov: "Puede que la Sinfonía no presente ninguna idea particularmente exitosa, pero técnicamente es un paso adelante. En especial estoy satisfecho con el primer movimiento y los dos scherzos, el segundo de los cuales es muy difícil".

A diferencia de sus sinfonías previas, Tchaikovsky integra esta sinfonía no en cuatro, sino en cinco movimientos, con un Andante elegiaco enmarcado por sendos scherzi a cada lado, otorgando cierto grado de simetría. El segundo movimiento, Alla tedesca, es un vals con cierto aire alemán y estilo de ballet, que anticipa El Lago de los Cisnes. El final presenta un Tempo di polacca, lo que ha determinado que la sinfonía sea apodada en ocasiones "Polaca".

Sin clímax abrumadores ni una emoción desbordada, esta Tercera Sinfonía marca una línea divisoria entre las dos primeras y las tres últimas sinfonías. Se trata de un trabajo musical maduro, que merece ser escuchado con atención.

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