Tchaikovsky: Ciclo sinfónico
Sinfonía N° 5 en Mi menor Op. 64
La Quinta Sinfonía de Tchaikovsky, compuesta y estrenada en 1888, retoma el tema del destino, ya abordado por su antecesora. La obra presenta una forma cíclica, y el tema central se va repitiendo en todo el trabajo como un leitmotiv. Algunas anotaciones sueltas que el músico dejó en sus manuscritos permiten hacernos una idea en relación al sentido de su música: “Introducción. Total resignación frente al destino o la inescrutable predestinación de la providencia. Allegro (I). Murmullos, dudas, lamentos y de nuevo reproches y vergüenza por el pasado. (II) ¿Debo arrojarme en brazos de la fe?” Por otra parte, en la correspondencia del compositor es posible asomarnos a la conflictiva valoración de su propia obra, como reflejo de su propia personalidad, insegura y fluctuante. “Ahora que la sinfonía está terminada puedo decir que, a Dios gracias, no es peor que las otras”, señala antes de su estreno. “Mis amigos están extasiados con la sinfonía, pero habrá de verse cómo la recibe el público de San Petersburgo”. La recepción de la obra en su estreno fue algo fría, lo cual provocó una gran angustia en el compositor. Por fortuna, un viaje a Hamburgo al año siguiente, y uno posterior a Nueva York, le devolvió la confianza. “Parece que yo fuese diez veces más conocido en Norteamérica que en Europa. Hay algunas piezas mías que siguen sin ser conocidas en Moscú, que aquí se tocan varias veces por temporada y escriben artículos enteros sobre ellas. En los ensayos los intérpretes me han brindado una acogida entusiasta”.
En conclusión, esta obra se caracteriza por el dinamismo de la escritura orquestal, que es llevada al extremo, y por el modo en que Tchaikovsky consigue crear su típica atmósfera de melancolía, dejando sin embargo hacia el final una conclusión abierta, cuyo sentido queda en manos de cada oyente, a partir de su escucha activa y su interpretación personal. No por nada el compositor solía concebir su música como un instrumento para acceder a los deseos y las esperanzas humanas.
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Orchestre de l’Opéra National de Paris
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Philippe Jordan
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Piotr Ilych Tchaikovsky: Sinfonía N° 5 en Mi menor, Op. 64.
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Piotr Ilych Tchaikovsky
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50:21
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Opéra National de Paris – Opéra Bastille