Béla Bartók & Schumann: Sonatas para violín y piano

Dos sonatas para violín y piano de dos compositores europeos de estilos muy disímiles integran el presente programa, registrado en el prestigioso Festival de Verbier, en Suiza.
Comenzamos con Béla Bartók, autor de dos sonatas que en cierto modo totalizan su contribución al género camarístico tradicional. Las dos fueron compuestas entre 1921 y 1922, en paralelo con su ballet El mandarín maravilloso, y coquetean con la atonalidad, al mismo tiempo que exploran las posibilidades violinística y redefinen el papel del piano en la sonata.
Martha Argerich y Renaud Capuçon son los encargados de interpretar aquí la primera de estas dos sonatas.
El mismo violinista, pero acompañado al piano en este caso por Hélène Grimaud, se hace cargo de la sonata que completa el programa. Su autor es Robert Schumann, quien abordó este género musical ya sobre el final de su carrera. Sus dos sonatas, escritas en 1851, se cuentan entre sus últimas composiciones camarísticas. Esta tardía inclinación por el violín acaso haya tenido relación con el contacto que Schumann tuvo en ese tiempo con varios violinistas importantes, entre ellos Ferdinand David, quien acompañado al piano por Clara Wieck estrenó la primera de estas dos obras, compuesta en tiempo record: tan solo cuatro días, entre el 12 y el 16 de septiembre de 1851.
La sonata está organizada en tres movimientos, el primero de los cuales es un Allegro (Con apasionada expresión, según indica la partitura) en el que Schumann juega con la diversidad tonal y modal. Resulta interesante el hecho de que, acaso en un intento por dejar bien establecida la pareja relevancia de los dos instrumentos, Schumann indica que esta sonata es "para piano y violín", en lugar de recurrir a la tradicional fórmula "violín y piano".

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