Gustav Mahler: Sinfonía Nº 1
Sergei Rachmaninov: Danzas Sinfónicas

“Para mí, componer una sinfonía es como crear un mundo con los medios que encuentro a mi disposición”, explicó alguna vez Gustav Mahler.
Este programa presenta a la Orquesta Filarmónica de Berlín, dirigida por su titular Simon Rattle, en un espectacular concierto realizado en la Explanada del Teatro de la Bahía de Singapur, cuya obra central es precisamente la primera sinfonía escrita por Mahler: la Sinfonía Titán.
Compuesta en 1888 como un extenso poema sinfónico, fue el compositor quien bautizó la obra con este nombre para su estreno de 1893 en Hamburgo, tras una fallida presentación previa que dio lugar a varias reformas. Más tarde siguió trabajando sobre la partitura, hasta llegar a su versión definitiva.
La sinfonía puede ser tomada como un relato musical en torno del héroe que sería su protagonista. Hay un comienzo como de ensueño, seguido por un movimiento rápido que culmina en un desenfrenado clímax. Es el despertar de la naturaleza, tras el prolongado sueño del invierno.
El segundo movimiento alterna diferentes danzas, que en el tercer movimiento se transforman en una marcha fúnebre basada en una conocida tonada infantil. Según Mahler, en este tramo “pasa un funeral ante el héroe y toda la miseria y el dolor del mundo, con toda su ironía, se apoderan de él”.
El movimiento final simboliza el tránsito de las tinieblas a la luz: comienza con un forte tempestuoso y la orquestación es espectacular. Un agitado y optimista final marca el triunfo de la vida sobre la muerte. La sinfonía exige una gran orquesta integrada por un centenar de músicos, aunque este orgánico no es utilizado completo a lo largo de toda la obra, sino solo en ciertas partes, y en particular en este último movimiento.
Este concierto de Filarmónica de Berlín, de carácter histórico pues fue la primera presentación de la orquesta en el continente asiático, se completó con las Danzas sinfónicas de Sergei Rachmaninov, compuestas en 1940, no mucho antes de la muerte músico. La obra evoca la nostalgia de la Rusia antigua y retoma, en el tema inicial de la primera danza, un tema de su propia Primera Sinfonía.

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