Sergei Prokofiev: Sinfonía Nº 1; Concierto para piano Nº 1

Sergei Prokofiev es uno de los compositores rusos más emblemáticos del siglo XX. También pianista y director de orquesta, demostró desde temprana edad una capacidad e inquietud musicales poco comunes, y en cuanto dispuso de las herramientas necesarias se largó a experimentar, sentando las bases de un estilo propio.
Sus primeras obras, entre las cuales se cuenta su Concierto para piano Nº 1, escrito en 1911, fueron resistidas, ya que no se correspondían con la línea estética que propugnaba el nacionalismo ruso imperante por entonces.
El tiempo demostró la valía de estas primeras obras. Por fortuna, este rechazo no logró desanimar al músico, que unos años después comenzó a trabajar en su Primera Sinfonía, también conocida como Sinfonía Clásica.
Esta obra, estrenada en 1917, inaugura la corriente que hoy conocemos como neoclasicismo: se trata de un regreso, desde el siglo XX, a ciertas prácticas compositivas clásicas.
En el caso de Prokófiev el modelo estuvo puesto en Joseph Haydn, no solo en su estructura, sino también en su orquestación. Bastante posterior es la Sinfonía Nº 5, en Si bemol Mayor, que data de 1944, en plena Segunda Guerra Mundial. Prokofiev describió su trabajo como "un himno dedicado al hombre libre y feliz, pleno de poderes y puro y noble de espíritu". Dividida también en cuatro movimientos pero ya con un particular estilo personal, el inicio de la obra pretende representar lo que Prokofiev visualizaba como la gloria del espíritu humano.
La interpretación de los tres trabajos mencionados está a cargo aquí de la muy autorizada batuta de Valery Gergiev, al frente de la Orquesta Sinfónica del Teatro Mariinsky de San Petersburgo, con la participación solista de Daniil Trifonov.

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